Si te dieran a elegir entre que todo salga tal como lo planeaste o abrirte a la sorpresa, ¿con qué te quedarías? Algunas reflexiones sobre la creatividad, el control y el perfeccionismo
Sí, claro, Michael es tan maduro porque te deja manejar toda esa relación. Bueno, lo siento, pero tú no puedes manejarme a mí, Lelaina. Podría hacerte cosas malas, podría lastimarte. Incluso podría escaparme sin tu permiso y podrías odiarme para siempre. Y sé que eso te asusta muchísimo, porque soy lo único real que tienes.
Esta cita es parte de un diálogo de la película Reality Bites.
Cuando escuché esa frase, me pareció tóxica dicha de parte de una persona (¡hola década de los 90!), pero también me sonó un bong en la cabeza porque pensé al instante que la creatividad es como Troy (Ethan Hawke), el personaje que le dice todas esas cosas a Winona Ryder en la peli: la creatividad es un ser vivo, con vida propia y voluntad propia, que nos seduce porque junto con ella nos sentimos tan vivos, tan reales pero, a la vez, nos da un miedo tremendo acercarnos porque parece impredecible y rompe con nuestros esquemas (¡ups).
Veamos esta idea más de cerca, a ver si la próxima que la creatividad nos saque a bailar, no la rechazamos como Winona. 💅🏻
Hemisferio izquierdo vs hemisferio derecho: ¡un ejercicio!
Es muy conocida la distinción entre los “dos cerebros”, el derecho y el izquierdo. Aunque la división hemisférica no es totalmente literal a nivel científico, nos sirve para reflexionar acerca de nuestras formas de pensar. A modo de resumen:
- El hemisferio izquierdo gobierna la lógica, la razón, el lenguaje, los sistemas, los procesos, todo lo que tiene que ver con lo predecible y lo racional.
- El hemisferio derecho, por su parte, está relacionado a la intuición y la creatividad, a la posibilidad de salir de los patrones y los esquemas, a la inventiva y la posibilidad de pensar distinto.
Disclaimer: como seres humanos, todos tenemos ambas facultades disponibles para desarrollar.
Lo que te voy a proponer es tomar esta distinción para hacer una reflexión sobre ti mismo. Si fueras una pequeña personita que habita en tu cerebro, ¿en qué parte del mapa te pararías en relación a cómo vives tu vida? ¿Qué punto del cerebro es el que habitas más?
Dónde me encuentro y por qué busco moverme (con disfrute)
Siguiendo el ejercicio, yo siento que estoy en algún punto del hemisferio izquierdo, queriendo siempre acercarme más y más al derecho (¡y haciéndolo!).
Con esto, me refiero sobre todo a cómo invierto el tiempo. Se trata de las actividades que hago, sí. Pero también tiene que ver con cómo las hago.
Por ejemplo, si me tengo que cocinar: ¿Hago los fideos con manteca de toda la vida o me pongo a jugar con condimentos y especias para crear una salsa nueva? Si tengo una presentación en el trabajo, ¿voy a la plantilla que suelo usar o busco una manera de mantener a mi equipo interesado en el tema que se conversa?
Estos pequeños detalles nos ayudan a entrar más en contacto con nuestra creatividad, a habitar un poco más el hemisferio derecho. Y vale la pena el intento. Como persona que destaca el proceso sobre los resultados, creo que esta apertura a lo desconocido puede traernos sorpresas mucho más satisfactorias de las que podríamos haber imaginado desde el hemisferio izquierdo.
😍 Abrirnos a la posibilidad de no controlar las cosas es aceptar que hay algo más grande que nos sostiene, y que tiene planes mejores para nosotros. Es confiar. 😍
Pero es verdad que, cuando hago fideos con manteca, ya sé qué sabor van a tener, y cuando hago una salsa nueva… tal vez no me guste. Es verdad también que sé qué esperar de una típica reunión de trabajo, pero si le incorporo dinámicas creativas, no sé qué recepción puede llegar a tener, hasta que lo intento.
Es decir: vivir un poco más en el hemisferio derecho del cerebro también nos invita a animarnos a obtener resultados distintos a los que conocemos, y esto nos puede dar miedo y resistencia. Pero si no intentamos algo nuevo, ¿cómo salir del aburrimiento de hacer las cosas como siempre, y divertirnos?
Como vale la pena jugársela por el juego, yo creo que lo primero es trabajar en nuestra necesidad de control de los resultados, de que las cosas salgan de una manera específica, de conseguir que sean tal cual queremos.
Lo que me trae a la mente un tema del que conozco bastante: el perfeccionismo.
El perfeccionismo y la creatividad: ¿amigos o no tanto?
A mi modo de ver, las personas que más necesitan controlar los resultados suelen ser perfeccionistas. Si vamos a la definición por consenso popular, el perfeccionista apunta siempre a un ideal que es inalcanzable. Por eso suele sentir frustración y rabia, porque las cosas no son tal como le gustaría que sean, y prefiere hacerse cargo de todo por su cuenta (volvemos al control).
En el caso del trabajo creativo, la persona con inclinaciones perfeccionistas suele frenarse antes de intentarlo, antes de jugársela, porque siente que lo que hace no es lo suficientemente bueno para compartirlo, o que no está a la altura de lo que hacen los demás o que, como no puede controlar el resultado, es mejor no intentarlo (aquí se vislumbra el miedo).
Es verdad que el perfeccionismo puede ser paralizante. Pero también es una cualidad que, si la sabemos gestionar y la pensamos creativamente, puede volverse posibilitadora.
En su libro The Perfectionist’s Guide to Losing Control, Katherine Morgan Schafler habla del poder que hay en identificarse como perfeccionista. Para ella, lo mejor no es intentar cambiar, sino aceptar esa cualidad en nosotros y ponerla a jugar a nuestro favor.
Lo más interesante: ¡hay muchos tipos de perfeccionismo! Por eso, si eres una persona ambiciosa que busca mejorar constantemente en algún aspecto de su vida, lo más probable es que te identifiques con alguna de estas categorías. Eso está bien, y puede ayudarte mucho en la creación de una vida que te haga auténticamente feliz.
Ideas para encender la chispa de la creatividad
Volviendo a Troy, nuestra personificación imaginaria de la creatividad: ¿cómo darle la mano y bailar el baile, aunque a veces nos asuste? ¿Cómo vivir creativamente y aprender a soltar poco a poco el control?
Creo que no hay respuestas de manual. Cada cual deberá encontrar su camino a través de la práctica, que le permita el riesgo pero también el disfrute, es decir, abrirse a resultados inesperados sin sacrificar su bienestar. Por eso, como el camino es tan personal, siempre es buena idea hacerlo de la mano de alguien especializado en acompañar estos procesos de cambio, como un coach.
Por si te sirve de inspiración, te comparto algunas de las cosas que hago y que pueden sumarle puntos a esta misión de vivir creativamente.
⚖️ Balances creativos
Semanales y mensuales, en donde destaco qué fue bien en la semana o mes, y qué no me gustó tanto. No solamente en cuanto a las cosas que hice o dejé de hacer, sino en cuanto a todo: lo que está fuera de mi área de influencia, también. De esta manera, puedo ser (relativamente) constante en mis objetivos mientras no menosprecio el valor del simple acontecer de la vida.
En esos balances, me aseguro de plantearme qué me gustaría que sucediera la semana que viene para que mi semana tenga más contacto con la creatividad, y voy variando esto según cómo vengo de energía: hacer alguna salida, ver una película interesante, dibujar, escribir, cantar, leer un libro, ver algún video relacionado a lo que me gusta hacer, hacer un curso… las opciones son ilimitadas, pero tienen que estar relacionadas a tu acto o ritual creativo.
Como vuelta de tuerca, para ser más creativa, a veces elijo conscientemente no hacer estos balances. El cambio de hábito es creatividad en sí, por eso, cuando me siento estructurada, simplemente descanso. Esto nos lleva a la siguiente idea:
🪇 Sacudir las cosas
Trato de hacer cambios en mis rutinas y espacios con relativa frecuencia: cambio la decoración del espacio donde trabajo, paso de bañarme de día a bañarme de noche, cambio el lugar donde paseo a los perritos… busco cambiar. Cuando cambiamos, vemos las cosas con ojos de principiante, y esto ayuda a mantenernos atentos al presente y a las posibilidades que ofrece lo que nos rodea.
🗣️ Intención en mis intercambios
Cuando veo que algunas conversaciones se ponen pesadas, repetitivas, o que no aportan, propongo otro tema de conversación o comparto lo que siento al respecto. Así, planteo alternativas a formas de vincularnos que tal vez son un hábito pero que realmente no suman, y plantamos la semilla de un compartir distinto, desde la alegría y el disfrute.
Esto no quiere decir ignorar los temas difíciles y vivir en castillos en el aire: para estar en contacto con nosotros mismos lo mejor que podemos hacer es aceptar lo que nos gusta y lo que no también. También son sanos y necesarios los períodos de simplemente habitar las emociones incómodas y acompañarlas.
⛱️ Intención en cómo invierto mi tiempo libre
Esto es, sobre todo, no dejarme caer demasiado en la tentación del scrolling infinito o de ver millones de capítulos de una serie al hilo, que me quita tiempo de sueño o de hacer alguna cosa que me me haga sentir realmente feliz.
Sí, a veces no pensar en nada y pavear con el móvil es una buena idea, pero si se vuelve muy frecuente, me desconecta de lo que realmente me importa.
🧘🏻♀️ Una vieja amiga: la meditación
Esta es la más difícil de mantener, pero cuando lo hago, la diferencia es increíble. Meditar me aporta esa distancia que necesito tener entre el chicle de la rutina y la información y las conversaciones infinitas, y lo que yo realmente necesito para sentirme en paz conmigo misma.
Después de ese darme cuenta, en ese entrar en contacto con aquello, me resulta mucho más fácil fluir naturalmente hacia las cosas que me hacen bien de verdad. Y una muy importante de ellas, es, como te imaginarás, estar en contacto con mi creatividad. 😉
🥱 ¡No hacer nada!
Más allá de todo, cuando me esfuerzo demasiado, me siento abrumada o sobreexigida. Pensar diferente cuesta energía. Cuando me pasa eso, descanso y me permito pausar, porque fui aprendiendo que no existe el progreso lineal y que, cuando vuelvo a mis rutinas, las veo con ojos distintos (¡creativos!) y muchas veces tengo algo nuevo para aportarles. El descanso, de esto también, siempre me suma.
Deseo que estas reflexiones y estos pequeños rituales creativos te acerquen, paso a paso, a una vida más plena, más tuya y más conectada con lo que verdaderamente amas hacer. Solo queda explorar con qué te sientes más cómodo y animarte a llevarlo adelante, poco a poco, a tu ritmo y según tus tiempos. (¡Dile que sí a una cita con la creatividad! 😜) ¡Qué disfrutes!
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