Te invito a descubrir el principio que guía mi manera de practicar el coaching y de acompañar los procesos de desarrollo personal (¡incluyendo los míos!).

“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo”. — William Shakespeare

Cómo se conectan coaching y creatividad

El objetivo del coaching desde un enfoque creativo, el que más me gusta ejercer, es acompañar a las personas a encontrar un objetivo o propósito, organizar sus vidas para ponerse en marcha y cumplir con lo propuesto, haciendo énfasis en el proceso creativo y en el valor que la creatividad tiene para lograr todo esto.

Por esto, no creo que la creatividad tenga que ver con tener un “don” para lo creativo reservado a unas pocas personas, o con un tipo de genio específico. Si así fuera, no podría extender esta propuesta que tanto valor tiene para mí. Tampoco podría acompañar a las personas a que encuentren inspiración en su rutina, si creyera que la creatividad habita un ámbito específico, como el de las artes, y no mucho más.

En contraposición a estos enfoques sobre la creatividad, yo creo que la creatividad es algo mucho más amplio, que recorre nuestras vidas de principio a fin y a través de todo el durante, y que es esencial a nuestra plenitud y bienestar emocional.

Mucho de mi forma de entender la creatividad está inspirada en el famosísimo libro de Julia Cameron, El camino del artista. En muy resumidas cuentas, Julia abre las puertas a la idea de que la creatividad es esencial a los seres humanos, y por eso, todos tenemos la capacidad y la responsabilidad de ejercerla, independientemente de que sepamos esto o de que elijamos aventurarnos en ese recorrido.

Mi edición actual de El camino del artista, de Julia Cameron, custodiada por Coraje, mi perrito de arcilla

Mi edición actual de El camino del artista, custodiada por Coraje, mi perrito de arcilla. La primera se la regalé a una amiga antes de emigrar.

Como cualquier otra virtud, cuanto más la cultivemos más vamos a poder disfrutarla y sentirnos a gusto con lo que tiene para ofrecernos, así como cumplir metas desde ese lugar que hace que lo que realicemos sea único y tenga una impronta especial, nuestra, que nadie más podría haberle dado. Porque conectar con nuestra creatividad es permitirnos habitar nuestro yo más esencial.

El segundo chakra: nuestro centro creativo

También me gusta pensar la creatividad desde la filosofía de los chakras, los centros de energía que recorren el cuerpo humano. Para esta tradición hindú, cada chakra cumple una función específica dentro de nuestra vitalidad, y es importante que cada uno de ellos esté en equilibrio para que la energía fluya a través de nuestro cuerpo físico y sutil de manera balanceada, y disfrutemos de una vitalidad plena.

Ilustración de una mujer en posición de meditación y los siete chakras recorriendo su cuerpo

Los siete chakras y su recorrido por el cuerpo. Autor desconocido.

Según los chakras, encontramos el centro de la creatividad en el segundo chakra, en el bajo vientre. Este chakra se relaciona principalmente con la sexualidad y el placer, principios básicos de la creatividad: sin disfrute, sin placer y sin deseo, no hay creatividad en nuestras vidas. Podemos pensar esto desde la concepción de una nueva vida, pasando por proyectos u objetivos de cualquier tipo. La creatividad está dentro nuestro, y es nuestro desafío vivir en consonancia con ella.

Con tan solo mirar alrededor podemos darnos cuenta de que mucho de lo que nos rodea y de lo que hace nuestras vidas más alegres y placenteras tiene que ver con el don de la creatividad humana puesto en práctica: sea en una silla con un diseño especial, en un proceso más inteligente para hacer pagos en línea o en una forma de organizar el tráfico que mejora la circulación, todas y cada una de estas realidades en algún momento fueron ideas, tal vez incluso creídas disparatadas, que eventualmente se construyeron, se pusieron a prueba y mejoraron la calidad de vida de las personas.

La creatividad pensada desde el segundo chakra, por lo tanto, es esencial para la resolución de problemas, la toma de decisiones y la adaptación a situaciones cambiantes, tan importante esto último en este tiempo en que nos toca vivir. Fluir por la vida placenteramente requiere, por lo tanto, un segundo chakra sano, una energía creativa en armonía.

Todo, todo, todo es creativo

De esta manera, pensándola como un aspecto esencial e integral al bienestar humano, yo creo que la creatividad no se reduce a tal o cual actividad u oficio, sino que es una forma de vivir, de pensar, de actuar, de ser y estar en el mundo. Es por esto que todo tipo de desafíos se pueden afrontar a través de la creatividad.

Por el reconocimiento de la importancia que tiene cultivar la creatividad para poder transitar nuestras vidas conectados al disfrute y al placer, el coaching pensado desde la creatividad pone énfasis en este aspecto de nuestra capacidad para resolver conflictos, enfrentar desafíos, ir tras metas y objetivos, y así reconectar con el entusiasmo, la motivación y las ganas de levantarnos todos los días a vivir la vida.

El niño interior y el estado de flow

Cada vez que estamos disfrutando de hacer una actividad y la hacemos volcándonos 100% a ella, de modo que entramos en estado de flow (o “estado de flujo”), estamos conectando con esta energía creativa que nos habita. Cuando yo entro en este estado, en donde el tiempo parece congelarse y estoy completamente absorta en lo que hago, suelo sentir entusiasmo, ilusión, placer, deseo, y una vez finalizada la actividad en cuestión, satisfacción. Es interesante tener en cuenta que todas estas emociones tienen como emoción primaria vinculante la alegría.

Algo interesante sobre las emociones asociadas al estado de flow es que las podemos ver con mucha frecuencia en los niños. Los niños, en su descubrimiento del mundo y su curiosidad infinita, están en contacto permanente con sus sensaciones y con lo que descubren a través de ellas. “Cuando somos niños, el placer nos llega a través del tacto y de la proximidad, del juego y de la estimulación, y de la confirmación de nuestra experiencia afectiva. Los niños encuentran placer en estar vivos y en alcanzar esa viveza para salir al encuentro del mundo”, dice Anodea Judith en un libro que me encanta, que se llama Cuerpo de Oriente, mente de Occidente.

(Es por esto que reconectar con nuestro niño interior es tan importante para desplegar nuestra creatividad en la vida adulta.)

Ilustración de Taryn Knight de tres niñas bailando en un bosque

Ésta es de Taryn Knight. Me gusta imaginar a mi niña interior bailando en un bosque.

¡Manos a la obra!

En definitiva, me encanta acompañarme a vivir la vida con creatividad, y a recordármelo cuando lo olvido. Para mí, es un “¡Sí!” rotundo a la capacidad de cambio, y de hacerlo con alegría. Es el permiso que tenemos todos de cambiar la palabra “problema” por “desafío”, de crear una realidad distinta con los mismos ingredientes de siempre.

Cuando estamos en contacto con nuestra creatividad, cuando decidimos hacernos cargo de ella y de los cambios que ella puede invitar a nuestras vidas, estamos abrazando el placer de estar vivos, el entusiasmo, la alegría y la energía de ser quiénes somos, y estamos conectando con lo que es único y esencial en nosotros y que tiene ganas de compartirse con el mundo.

Muchas veces, la creatividad no tiene su propio estante en las librerías, ni en la currícula de las escuelas o en el día a día de muchos trabajos, pero es esencial para nuestro bienestar y para vivir con plenitud. Por eso, es un desafío de cada uno de nosotros reivindicar el valor de la creatividad en nuestras vidas, reapropiarnos de ese regalo que nos fue dado y que tenemos el derecho (¡y la alegría!) de poder ejercer y compartir con los demás.

Ahora sí, desde este lugar, te invito a explorar y cultivar tu propia creatividad: ¿Qué actividades te sientes a gusto realizando? ¿Cómo te hacen sentir? ¿Cómo podrías extrapolar esas emociones a otras áreas de tu vida? La aventura de descubrirlo es un viaje creativo en sí mismo.

↑ Ir arriba